Imagina Niall Horan Cap.26

                                  DOS VIDAS, UN DESTINO


                                         -Capítulo 26-


Dejasteis el coche en el aparcamiento y subisteis a la primera planta.
Después de pasar por muchas tiendas y probadores decidisteis ir al Starbucks que había al lado del centro comercial.
-¿Te apetece tomar algo?.- te preguntó Niall que iba cargado de bolsas.
-Claro.- Fuisteis a la segunda planta, desde ahí se podía ver gran parte de la ciudad, veías a cantidad de gente, cada una tendría una historia, una historia que te gustaría saber. Desde siempre te has planteado que cuando ves a alguien, detrás de esa persona hay una historia, puede ser buena o puede ser mala, puede ser digna de contar o puede que no, pero te gustaría saberla.
Te fijabas en las parejas de enamorados que iban por las calles, dados de la mano, de la cintura.
-¿Serán tan felices cómo yo lo soy con Niall?.- pensaste.
Os sentastéis en una mesa al lado de la gran ventana que cubría casi toda una pared. Aquel Starbucks tenía dos plantas, era muy grande.
Pediste un capuccino con cacao y Niall pidió un descafeinado.
Tu café llevaba nata espesa en la parte superior y cuando fuiste a beber, la nariz se te quedó manchada por su espuma. 
Niall reía.
-Eh, ¿por qué te ríes?.- decías algo confusa.
-Tienes algo..- decía señalando la nariz.
Tú reías.
-¿El qué?
-Yo te lo quito.- Dijo Niall acercándose a ti.
No sabías porqué pero tu corazón se aceleró, miles de sensaciones se apoderaron de ti, quizá el ver a Niall tan detenidamente mientras se acercaba, pero eso no podía ser, ya le habías visto muchas veces cerca tuya y nunca te había pasado esto.

*****

Harry y Marta ya llevaban una hora levantados, estaban en el porche de la casa de Niall, apollados en la pared.
-Harry.
-¿Qué pasa preciosa?.- dijo él girándose para mirar a Marta.
-Siento lo de ayer, me comporté como una idiota al decirte eso.
-No digas eso.
-Pero es verdad, me fui llorando...
-Eso demuestra que te importo.
Marta esbozó una pequeña sonrisa, casi impalpable.
-Esque no quiero perderte.- las lágrimas de Marta se asomaban otra vez por sus ojos.
-Y no lo harás.- dijo Harry mientras le acariciaba las mejillas.
-Sí, sí lo hare, vivirás a muchos kilómetros de aquí y te olvidarás de mí, encontrarás a otra chica, otra chica mejor que yo, que te guste más.
-Eso es imposible porque tú eres la única chica con la que quiero estar.
Los dos se abrazaron.
Pero Marta seguía teniendo esa sensación de angustia y miedo, miedo de perder a ese chico que tan pronto la había enamorado, miedo de perder a Harry.

*****

Se acercó a ti con una servilleta y te limpió la nariz.
Por unos instantes os quedasteis mirando el uno al otro, unos instantes que se te hacían eternos, pero de pronto llegó alguien.
-Hola Andrea.- dijo el chico alto, delgado, rubio con ojos claros.
Tú te giraste para ver quién era, Niall también se giró.
"Es guapo, ¿quién será? como toque a mi Andrea... ¿Le conocerá? ¿Serán amigos?"- pensaba Nialler.
-¡Carlos!.- dijiste levantándote para darle un abrazo.
-Cuanto tiempo, ¿no?.- dijo riendo.
-Sí... demasiado, ¿no crees?.- dijiste recordando.
Niall se levantó para darle la mano.
-Hola, soy Niall, el novio de Andrea.- dijo él para dejar las cosas claras.
-Yo Carlos.- dijo el chico dándole la mano.
Mirabas a Carlos impactada, eráis amigos desde que tú tenías trece años, pero habiais ido perdiendo el contacto, él ahora tendría unos 20 años, parecido a Niall. Carlos y tú llegasteis a ser inseparables, os contabáis todo, y aunque fueseis un chico y una chica, nunca llegó a haber nada más.
Dejasteis de ser amigos cuando Carlos se mudó a Irlanda, cosa de la que tú ya ni te acordabas.
-Y ¿cómo que te veo en Irlanda?.- Dijo el chico.
-Bueno, me he mudado este verano.- dijiste tú algo tensa al ver que Niall estaba muy muy tenso.
"Sus miradas de complicidad no me gustan, Carlos le mira demasiado, Andrea es mi chica, no suya..." pensaba Niall mientras vosotros dos charlabais.
Niall estaba angustiado, un nudo se le formó en la garganta, sentía celos de aquel chico, no sabía por qué, pero sentía que tenía un rival nuevo, como un duelo para ganar tu corazón.
Y es que el amor es cosa de dos, no de tres.